A
esa preocupación general por la Ética, le
siguió de inmediato la necesidad de establecer
éticas aplicadas que se ocuparan de campos específicos
sobre los que se desenvuelve esta revolución científico-tecnológica.
El que hasta ahora parece como mayor consolidado es el
de la Bioética, en cuanto a organización
como disciplina teórica (investigaciones, congresos,
publicaciones, cursos, etc.), de lo cual se han derivado
instituciones y cursos de acción concretas (comités
hospitalarios, tribunales profesionales, códigos,
legislación, etcétera).
Tampoco es casual que así sea, dado el alto y más
próximo impacto de la tecnología sobre nuestro
propio cuerpo y los seres vivos en general. La medicina,
la biología, la psicología, son ramas científicas
en las que existe ya un alto grado de debate bioético.
Uno de los ejes principales de ese debate es precisamente
la relación entre el desarrollo científico-
tecnológico y el control ético del mismo.
Como siempre aquí también las posiciones
extremas chocan entre sí. De un lado se alinea
un cientificismo extremo, para el cual cualquier planteo
ético es una injerencia inaceptable en la libertad
de investigación; del otro, están quienes
plantean una subordinación casi absoluta del desarrollo
científico- tecnológico a una moral premoderna
(como ambas se mueven con diferentes conceptos de ciencia
y tecnología, convendría ampliar esto con
una mirada previa a la Primera Parte de esta misma obra,
Capítulo I, puntos 1, 2, 4 y 5. Y Capítulo
III, puntos 3 a 7).
Por cierto que, en el medio, van madurando posiciones
mucho más sensatas y actualizadas, que buscan un
equilibrio (siempre inestable, es cierto) entre la libertad
de investigación y desarrollo científico
y la responsabilidad ética que le corresponde al
investigador como integrante solidario y responsable de
la especie humana (la cual, a su vez, integra el misterio
de la Vida en su conjunto). Los materiales que a continuación
presentamos, se inscriben dentro de este debate bioético.
En primer lugar Stephanie Yanchinski nos ofrece un panorama
de "El nacimiento de la biotecnología (el
cual, en su etapa más actual, filia en el año
1972 con los trabajos de Stanley Cohen y Herbert Boyer,
sobre el proceso básico de ensamblaje de los genes.
Esto modificaría de manera decisiva la biotecnología
tradicional centrada en los procesos de fermentación
y en los antibióticos. Lo cual a su vez abre una
verdadera caja de Pandora sobre los reinos vegetal y animal
de la Naturaleza, alterando individuos, géneros
y especies, en cuyas primeras etapas -llenos de sorpresas-
todavía nos movemos.
Sigue un trabajo de Mario Casalla, ya directamente referido
a los avances de esas "tecnologías de la vida"
sobre el propio cuerpo humano. Bajo el sugestivo título
"Y seréis como dioses..." ética
y genética, plantea las paradojas de este cuerpo
nuestro devenido en una suerte de modelo para armar y
las nuevas realidades con que nos conectan las técnicas
múltiples de fertilización asistida y los
denominados "convenios de procreación por
cuenta ajena".
En
tercer lugar Jean-Marie Varaut, alarmado por esa creciente
tensión entre la manipulación técnica
de la vida y la ética, se interroga sobre esa difusa
frontera entre "Lo prohibido y lo posible",
donde los espectaculares avances científicos parecen
convocarnos todos los días. Para Varaut "lo
que está en juego es la identidad humana, cimentada
en la diferencia de los sexos y en el orden de las generaciones,
y en la sacralidad del cuerpo humano". Ello lo insta
a pedir un urgente consenso entre médicos, filósofos
y juristas, capaz de llenar los vacíos hoy existentes
y actualizar el viejo juramento hipocrático a este
mundo de técnicas y posibilidades inéditas.
Finalmente, las religiones no podían estar ajenas
a este enorme debate moral contemporáneo- La Iglesia
Católica de hecho no lo está y en reiteradas
oportunidades su magisterio máximo se ha expedido
sobre asuntos bioéticos.
Singularmente precisa es su Instrucción sobre el
respeto a la vida humana naciente y la dignidad de la
procreación (conocida abreviadamente como "Donum
vitae"), del año 1987, algunos de cuyos párrafos
aquí se reproducen.
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