Estos comités surgen como consecuencia
de la necesidad de los médicos de compartir decisiones
que afecten la calidad de vida de los pacientes y que
conllevan el riesgo de la incertidumbre tanto por los
resultados previsibles de determinadas terapias o intervenciones,
como en la valoración de riesgos beneficios. Nacen,
en su forma más reciente como deseo de respetar
al máximo la legitima autonomía del paciente
o como consecuencia de la función coactiva de la
ley.
Surgen también los CEA como respuesta al problema
de dar pautas de actuación coherentes en casos
difíciles, que se presentan con frecuencia, necesitan
decisiones rápidas cuando lo hacen y entran en
conflicto valores del paciente, o de su familia, con los
valores que los profesionales de la salud y la institución
sanitaria desean proteger. Los conflictos pueden darse
además, entre cl paciente y la familia y, también,
entre los mismos miembros del equipo asistencial al diferir
en la jerarquización de valores.
Los problemas son de fondo y de forma. Los de fondo responden
a la pluralidad de cosmovisiones de nuestra sociedad.
Los de forma se refieren a la toma racional de decisiones.
Los primeros son objetivo prioritario trunque no exclusivos
de los Centros e Institutos de Bioética, mientras
los segundos parecen los más propios de los comités
de ética asistencial.
Dejando aparte las funciones de los Institutos de Bioética
no hay duda alguna que los CEA, han de resolver a menudo
problemas con cierta urgencia y, cuando no es así,
el pluralismo ético de la sociedad y de los mismos
CEA impone también la coherencia en la toma de
decisiones, que han de ser racionales y razonables. Racionales,
por el hecho de que los argumentos de razón permiten
la referencia a principios generales aceptables, o por
lo menos comprensibles, razonables en el sentido de que
las conclusiones pueden ir más allá de la
consecuencia lógica de los principios. Los CEA
pueden crear el espacio de reflexión para la valoración
de cada caso concreto en su singularidad. Esto abre el
paso a las excepciones justificables, a una mejor comprensión
de la realidad y a una mayor madurez en las decisiones
bioéticas. Hagamos, ahora, un breve repaso histórico
de los inicios de los CEA y su expansión, en los
Estados Unidos, en particular. . .
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