Las
técnicas de fecundación in vitro pueden
hacer posibles otras formas de manipulación biológica
o genética de embriones humanos, como son los intentos
y proyectos de fecundación entre gametos humanos
y animales y la gestación de embriones humanos
en útero de animales, y la hipótesis y el
proyecto de construcción de úteros artificiales
para el embrión humano. Estos procedimientos son
contrarios a la dignidad de ser humano propia del embrión
y, al mismo tiempo, lesionan el derecho de la persona
a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del matrimonial.
También los intentos y las hipótesis de
obtener un ser humano sin conexión alguna con la
sexualidad mediante "fisión gemelar"
donación, partenogénesis, deben ser considerados
contrarios a la moral en cuanto que están en contraste
con la dignidad, tanto de la procreación humana
cuanto de la unión conyugal.
La misma congelación de embriones, aunque se realice
para mantener en vida al embrión -crioconservación-,
constituye una ofensa al respeto debido a los seres humanos,
por cuanto les expone a graves riesgos de muerte o de
daño a la integridad física, les priva al
menos temporalmente de la acogida y de la gestación
materna y les pone en una situación susceptible
de nuevas lesiones y manipulaciones.
Algunos intentos de intervenir sobre el patrimonio cromosómico
y genético no son terapéuticos, sino que
miran a la producción de seres humanos seleccionados
en cuanto al sexo o a otras cualidades prefijadas.
Estas manipulaciones son contrarias a la dignidad personal
del ser humano, a su integridad ya su identidad. No pueden
justificarse de modo alguno a causa de posibles consecuencias
beneficiosas para la humanidad futura.
Cada persona merece respeto por sí misma; en esto
consiste la dignidad y el derecho del ser humano desde
su inicio.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en el transcurso
de la audiencia concedida al suscrito prefecto después
de la reunión plenaria de esta Congregación,
ha aprobado la presente Instrucción y ha ordenado
su publicación.
Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, 22 de febrero de 1987, fiesta de la Cátedra
de San Pedro Apóstol..
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