Coordinación.
El
comité debe fijar en el estatuto del mismo y a
través de sucesivas sesiones, la periodicidad y
extensión de las reuniones así como las
vías de convocatoria a reuniones extraordinarias
y atención de consultas urgentes. Es necesario,
además, llevar un registro y archivo de las actividades.
Por otra parte, la coordinación de las reuniones
es un factor esencial para el buen desenvolvimiento de
las mismas y por ello no se insistirá bastante
en la importancia que tiene la capacitación y apoyo
institucional a la figura del coordinador del comité.
Este debe ser el líder democrático del grupo
y como tal estar atento a promover la participación
de los diversos actores en los temas que se pretende considerar
garantizando una dinámica adecuada de las reuniones
para alcanzar los objetivos propuestos.
En este sentido, y para poder abordar la amplia diversidad
de temas de la bioética, cuando el comité
ha logrado consolidar un grupo de expertos es posible
con ellos emprender la iniciativa de creación de
subcomités que se ocuparán de áreas
específicas como puede ser la unidad de cuidados
intensivos, o el sector de neonatología, etc. Finalmente,
el trabajo coordinado en red junto a otros comités
es la vía más segura para una tarea prudencial,
continua y dinámica; que asegure la posibilidad
de un crecimiento armónico para el comité.
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