El
modelo científico-natural en medicina, a la vez
que encerraba una "teoría" que consideraba
como constituyentes del saber médico a la técnica
y las ciencias naturales, excluyendo a otros saberes no
experimentales; también se expresaba en una metodología
anatomoclínica, fisiopatológica y etiopatológica
que atravesaba la exploración, el diagnóstico
y el tratamiento.
La inclusión de las ciencias humanas o sociales
en medicina supuso de hecho una primer ruptura con aquella
metodología tradiciona1 en 1a medida de que el
paradigma de 1a neutralidad del científico comenzó
a resquebrajarse al aceptar el papel de 1a subjetividad
del observador en el conocimiento de 1a realidad. Posteriormente,
con las humanidades médicas primero y finalmente
con 1a bioética, se desarrollaron metodologías
que comenzaban aceptando la pluralidad de puntos de vista
en la consideración de los problemas de salud-enfermedad
y a partir de allí, sobre una tradición
especialmente filosófica, aportaron alternativas
para una toma de decisiones que incluyera la consideración
de principios éticos universales, las máximas
morales tradicionalmente compartidas por las profesiones
de la salud, el papel de las virtudes en el ejercicio
profesional, así como la historia y tabla de valores
propia de cada sujeto.
El método de la justificación moral por
principios ampliamente difundido en la versión
de Beauchamp y Childress, el método casuístico,
los enfoques de la virtud y otros métodos diversos,
encontraron así en el funcionamiento de los comités
hospitalarios de ética uno de los mejores espacios
para ser implementados.
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