Composición
y cualidades de los miembros
Los
comités de ética, aunque surgidos en una
institución "médica", se integran
con representantes de ésta y otras profesiones
y sectores. En primer lugar otros trabajadores de la salud
junto al médico: enfermeras, asistentes sociales,
psicólogos y administradores hospitalarios para
las diversas cuestiones ligadas a la atención.
En segundo término abogados, religiosos, filósofos,
antropólogos, sociólogos, etc. En general
y con excepción de los abogados éstos deben
buscarse fuera del hospital mismo. Por último,
y especialmente, representantes del paciente y de la comunidad.
En este último caso debe entenderse que se trata
esencialmente de representantes de la comunidad afectada
por el problema en abordaje.
Así, por ejemplo, la de los afectados por SIDA
o los testigos de Jehová cuando estamos abordando
estas problemáticas. La figura del representante
de la comunidad en general, aunque frecuente en otros
países, no lo es tanto en los nuestros.
En cuanto al número de miembros éste varia
de seis a veinte aunque suele oscilar entre ocho a doce,
pero es importante considerar que algunos miembros pueden
tener carácter estable y otros ser convocados específicamente
cuando así se requiera.
No menos importante que lo anterior es el atender a las
cualidades de quienes van a componer el comité.
No se trata de establecer un comité de "notables"
que aunque puedan ofrecer una vasta y sólida experiencia
muchas veces no dispondrán del tiempo necesario
para ocuparse de cuestiones que tienen un gran dinamismo.
Estos profesionales pueden ser útiles como consultores
o coordinadores de equipos pero se requiere a la vez una
presencia importante de representantes de estratos generacionales
intermedios. En todos los casos, sin embargo, es importante
asegurar la idoneidad científica, técnica
y personal, así como la representatividad de los
miembros sobre las diversas áreas institucionales
de las cuales provengan. Ser miembro de un comité
de ética requiere en primer lugar tener interés
pero además es imprescindible un mínimo
de reflexividad, sociabilidad y reconocida conducta ante
sus pares.
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